Trabajo con Niños y Niñas

08.09.2015 16:18

La educación es un derecho humano fundamental y una herramienta decisiva para el desarrollo de las personas y las sociedades.
La educación contribuye a mejorar la vida y es una pieza clave para acabar con el círculo de pobreza que amenaza a muchos niños y niñas de países en desarrollo.
Permite a los niños y niñas adquirir el conocimiento y las aptitudes necesarios para adoptar formas de vida saludables y asumir un papel activo en la toma de las decisiones que les van a afectar en el futuro.
Una educación basada en los derechos es la vía para acabar con algunas de las  desigualdades más arraigadas en la sociedad.
A lo largo de su desarrollo, niños y niñas tienen distintas necesidades. Durante los primeros dos años de vida, estas necesidades están vinculadas especialmente a la contención y regulación emocional que la madre, padre o cuidador/a puedan transmitirle en sus acciones cotidianas, complementando el gusto por la exploración con la provisión de seguridad emocional que el niño/a requiere para salir a conocer el mundo con confianza. Es esa salida a conocer el resto del mundo, la que se inicia con la asistencia a un jardín infantil.
A medida que niños y niñas crecen van ampliando espontáneamente su espacio de indagación y conocimiento. Especialmente a partir de los 2 años, el juego y la exploración se convertirán en el principal mecanismo de aprendizaje, ayudándole a ampliar sus experiencias y saberes, probando, ensayando, errando y acertando. Es precisamente ese proceso el que gatilla la importancia de complementar y potenciar en otros espacios los aprendizajes que se pueden obtener en casa.
En el jardín infantil niños y niñas no sólo aprenden a vivir con otros, sino que especialmente a compartir con ellos, cuestión que por cierto no es nada fácil a los 2 a 4 años, cuando están comenzando a reafirmar su identidad y una posición en el mundo. El jardín infantil posibilita que desarrollen la capacidad de convivir con otros y respetarlos. Sin duda un gran aprendizaje.
La experimentación y el juego que se produce en el espacio del jardín infantil, les permite profundizar en las aproximaciones a un lenguaje oral más complejo, ampliando su vocabulario y acercándose a nociones matemáticas y físicas que después serán indispensables para procesos más complejos y claves para las habilidades requeridas en la escuela. El impacto de la asistencia a un jardín infantil puede observarse desde la enseñanza básica hasta la educación superior.